El balance general y la cuenta de resultados son los dos documentos más conocidos para evaluar la salud financiera de una empresa, pero suelen ser malinterpretados. Aquí aprenderemos para qué sirven estos documentos y cuáles son sus diferencias.
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🎯 Objetivos del capítulo:
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Comprender la estructura y el papel de la balance y el estado de resultados
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Descubra la articulación entre estos dos estados
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Identificar los principales indicadores económicos y financieros
🧾 Los dos estados financieros fundamentales
📊 El balance
Fotografía del patrimonio de la empresa en un momento determinado T.
Activos (lo que posee la empresa) | Pasiva (lo que debe) |
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Activos fijos (equipos, locales, etc.) | Patrimonio (aportaciones + resultados positivos o negativos) |
Cepo | Deudas financieras (préstamos, etc.) |
Cuentas por cobrar | Deudas con proveedores |
Tesorería | Otras deudas (fiscales, sociales, etc.) |
👉 Ecuación fundamental:
Activos = Pasivos
📈 El estado de resultados
Película de la actividad en un período dado (a menudo un año).
Productos (ingresos) | Cargos (costos) |
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Volumen de negocios | Compras |
Subvenciones, otros productos | Salarios, alquileres, impuestos… |
Gastos de depreciación y amortización |
👉 Resultado = Productos – Gastos
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Resultado > 0 → beneficio
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Resultado < 0 → pérdida
🔁 El vínculo entre el balance general y el estado de resultados
¿Cuál es la relación entre el balance general y el estado de resultados?
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EL resultado neto del estado de resultados proviene equidad alimentaria En el balance general. Es fundamental comprender este concepto, pero si tiene dificultades para formalizarlo, sepa que adquirirá su pleno significado en los próximos capítulos. Sin embargo, es importante recordar que el resultado de una empresa (lo que ha ganado o perdido durante un año) se registrará en la sección "Patrimonio neto" del balance general, en el pasivo (lo que la empresa debe a los accionistas, por ejemplo, si es rentable, y si presenta déficit, deberá más de lo que los accionistas habían apostado, lo que coloca a la empresa en una situación crítica, ya que está sobrepasando sus posibilidades).
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La actividad (por ejemplo, las ventas reportadas en el estado de resultados) modifica la cepo, EL cuentas por cobrar y la tesoreríaDe hecho, una venta puede realizarse y registrarse como tal en la cuenta de resultados (lo cual es positivo), pero si el cliente no ha pagado, esto infla la partida de "cuentas por cobrar" en el activo del balance (y no el efectivo, que también figura en el activo). En el pasivo, esta venta aumentará el ingreso neto, que se encuentra en el pasivo del balance, lo que equilibra las cuentas.
💡 Ejemplo simplificado:
Si una empresa vende productos por valor de 10.000€ con 7.000€ de gastos:
- Estado de resultados :el resultado neto es +3 000 €.
- Balance : El activo aumenta en 10.000€ (en forma de deuda o efectivo), pero en paralelo, Se destinan 7.000 € a liquidar los cargos :esto da como resultado una disminución del efectivo en el lado del activo o un aumento de las deudas con proveedores en el lado del pasivo.
- El resultado neto de 3.000€ incrementa el patrimonio neto.
👉 Los activos y pasivos permanecen pues perfectamente equilibrados.
Este ejemplo es muy importante de entender porque nos permite, en primer lugar, tomar conciencia de que el balance y el estado de resultados no cuentan la misma historia: el balance refleja la situación financiera de la empresa (lo que posee vs. lo que debe), mientras que el estado de resultados refleja la ganancia o el déficit de la empresa durante un año.
Sin embargo, este es un concepto que a veces resulta muy vago para jóvenes empresarios, o directivos no especializados en finanzas corporativas, y que no entienden realmente cómo se relacionan el balance y la cuenta de resultados, y cuál es la esencia misma de cada uno de ellos.
Así, no es raro ver a algunos empresarios fijarse en su facturación en el balance, en sus gastos de explotación (como el alquiler o la electricidad), o no entender el concepto de fondos propios, o incluso de capital circulante (que veremos en un próximo capítulo).
De hecho, para ilustrar claramente la diferencia entre el balance general y la cuenta de resultados, podemos decir, por ejemplo, que no tiene sentido consultar el balance general para encontrar la renta anual, las nóminas o la facturación: esta información se encuentra en la cuenta de resultados, cuyo resultado se incluirá en el pasivo del balance general. Por el contrario, las deudas sociales (deudas salariales) o de alquiler pueden aparecer en el balance general si la empresa se retrasa en los pagos: entonces se incluirán en el pasivo (lo que debe). Por ello, el balance general muestra lo que la empresa tiene y debe (con la antigüedad de los años), mientras que la cuenta de resultados refleja el modelo económico de la empresa (solo durante el último año).
He aquí un resumen de lo que el balance puede decirnos sobre la empresa:
- El nivel de deuda (estructura financiera),
- Tensión de liquidez o flujo de caja (vía FR, WCR, flujo de caja neto),
- El nivel de inversión (activos fijos),
- La capacidad de mantenerse en el tiempo (capital vs. deuda),
- La necesidad de financiación a corto plazo.
No te asustes, en los próximos capítulos desglosaremos todos estos conceptos.
Sin embargo, esto es lo que el balance no nos dice:
- No muestra los flujos (entradas/salidas de efectivo);
- No proporciona ninguna información sobre cómo la empresa gana dinero.
El balance proporciona una imagen contable de los activos, útil para evaluar la solidez financiera, pero no es suficiente para comprender la dinámica económica, la rentabilidad o la estrategia de una empresa.
Para entender un modelo de negocio, es necesario:
- El estado de resultados (flujo de actividades),
- El estado de flujo de efectivo (capacidad de generar efectivo),
- Y en otra medida, un análisis estratégico o de gestión (que no es de naturaleza contable).
📊 Ejemplo ilustrativo:
- Facturación: 300.000 €
- Coste total: 260.000 €
- Beneficio neto: +40.000€
→ Los datos utilizados para obtener estos 40.000 € no deben figurar en el balance. Por lo tanto, los 300.000 € de facturación y los 260.000 € de gastos no se incluyen en el balance. Solo su diferencia neta (el resultado) se incluye en el pasivo (en el patrimonio neto):
- Capital social 50.000 €
- Reservas 10.000 €
- Resultado del ejercicio +40.000€
🧠 En resumen:
- El balance no muestra ni el volumen de negocio ni los gastos,
- Pero incluye el resultado, la consecuencia contable de estos flujos,
- 🔁El resultado es el punto de unión entre la actividad (cuenta de resultados) y la situación financiera de la empresa (balance).
Resultados negativos y balance general
La pregunta que uno puede hacerse, y que lamentablemente muchos líderes empresariales se han encontrado después de varios años de operación, es qué sucede si el resultado neto es negativo, particularmente después de varios años, y cómo se refleja esto en el balance y en la realidad concreta.
Como dijimos anteriormente, el resultado neto que arroja la cuenta de resultados se incluirá en el patrimonio neto de la empresa, debajo del capital social (que es la cantidad aportada por los socios a la empresa).
Si el resultado de la cuenta de resultados del último año es negativo, lógicamente se registra en el patrimonio neto, pero con valor negativo. Esto reduce el importe inicial del patrimonio neto.
El resultado, ya sea ganancia o pérdida, se refleja en el balance mediante un cambio en el patrimonio neto:
- ✔️Una ganancia aumenta el patrimonio.
- ❌Una pérdida reduce el patrimonio.
Si la empresa sufre varias pérdidas sucesivas, el patrimonio neto puede llegar a ser muy bajo, o incluso negativo si las pérdidas superan el capital social. En este caso, la empresa se encuentra en una posición neta negativa (¡peligroso!) y debe reconstruir su patrimonio neto lo antes posible, ya sea aumentando el capital (los socios reinvierten o incorporan a otros accionistas) o generando beneficios rápidamente para que el patrimonio neto vuelva a ser positivo en el siguiente balance.
De lo contrario, podría encontrarse en una situación de disolución forzosa.
Si una empresa sigue funcionando a pesar de tener un patrimonio neto negativo a lo largo del tiempo, esto generalmente significa que se financia “en otra parte”, es decir a crédito, y a menudo en detrimento de algunos socios.
Este es un caso que es importante abordar porque a menudo sucede que el empresario persiste en continuar la actividad de su empresa a pesar del patrimonio negativo, a la espera de días mejores, sin ser consciente de la espiral y sin haberla previsto de antemano por falta de conocimiento:
Cuando el patrimonio es negativo:
- La empresa ya no dispone de colchón financiero propio (ya no tiene capital ni reservas),
- Sobrevive sólo gracias a las deudas: proveedores, préstamos, descubiertos, ayudas públicas, etc.
- Está retrasando los pagos: a sus proveedores, a Urssaf, a Hacienda e incluso a sus empleados.
Este modelo es inestable porque depende de la confianza ajena. Y en cuanto un proveedor o un banco les retira su confianza, todo puede derrumbarse. La empresa podría entonces quedar incapacitada para comprar sus materias primas, ser demandada por deudas impagas, declararse insolvente y, finalmente, liquidada.
Desafortunadamente, muchas pequeñas empresas sobreviven gracias al crédito a expensas de sus socios, y esta es una forma frágil e insostenible de supervivencia. que se mantiene unido por la inercia o la tolerancia de terceros, y que puede tener el efecto perverso de “distorsionar” todo un mercado caracterizado por actores que nunca viven de su actividad., y que perpetúan esta mala práctica con sucesores que cometen los mismos errores de gestión.
Indicadores clave
Los estados financieros proporcionan varios indicadores clave, incluyendo una breve descripción general. Abordaremos cada uno de estos indicadores en detalle en próximas publicaciones.
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Volumen de negocios (TO)
→ Indicador de volumen, base de todo análisis y el indicador más famoso -
Margen bruto = facturación – coste de los bienes vendidos
→ Indica la rentabilidad inmediata de las ventas -
EBE (Superávit Bruto de Explotación)
→ Beneficio operativo antes de depreciación e impuestos -
Resultado neto
→ La “ganancia” o “pérdida” final -
Equidad
→ Lo que han invertido los socios + lo que la empresa ha ganado y conservado -
Flujo de caja neto
→ Saldo final de efectivo después de deudas a corto plazo
Sin la contabilidad previa y el registro diario de facturas, es imposible, por ejemplo, estimar el coste total de compra de los bienes vendidos en un período determinado o el coste de las materias primas adquiridas, y, por lo tanto, establecer estos indicadores, que sin embargo son esenciales para la gestión del negocio. Por ello, un gerente debe registrar imperativamente sus facturas de compra en la contabilidad y supervisar su nómina mensualmente para estimar si su actividad es rentable o si necesita realizar ajustes.
Por ejemplo, si después de 6 meses de actividad observa que su empresa no genera suficientes beneficios y que está apenas por debajo del punto de equilibrio, entonces puede considerar varias opciones:
- Un ligero aumento de los precios con el fin de lograr rentabilidad, garantizando al mismo tiempo que se controla cualquier posible pérdida de clientes;
- Un aumento en el volumen de negocios mediante ventas adicionales;
- Un aumento del volumen de ventas a través de acciones de marketing, un programa de fidelización, asociaciones o simplemente una reducción de precios, asegurándose de que esta reducción de precio se traduzca realmente en un aumento de volumen;
- Una reducción de costes y del “estilo de vida” de la empresa, o una optimización de procesos;
- La eliminación de un producto o servicio no rentable;
- Un reposicionamiento del producto o servicio;
- O simplemente la opción de no hacer nada, mientras se monitorea el crecimiento orgánico de los ingresos.
Por el contrario, sin un cuadro de indicadores mensual y sin una gestión en el tiempo, el empresario navega totalmente a ciegas, teniendo como único indicador la facturación, lo que muchas veces puede resultar engañoso.
Pero de nuevo, si todo esto os parece complicado, no os asustéis, volveremos a ello en detalle en los próximos capítulos.
🧠 Qué recordar:
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EL balance es una fotografía de los activos de la empresa, con su historial previo (deuda, activos, etc.).
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EL estado de resultados es el resultado positivo o negativo durante un período determinado (un año).
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El vínculo entre ambos es fundamental para entender la dinámica financiera, sabiendo que el resultado se incorpora al balance, a nivel de pasivo.
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Estos documentos son el punto de partida para cualquier análisis (funcional, financiero, estratégico).
Siéntete libre de suscribirte al blog y comentar, y nos vemos pronto para el próximo capítulo.
👉 Próximo capítulo: Aprender a leer, comprender e interpretar un estado de resultados
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