Por qué necesitas ver la película “No es su tipo” con Émilie Dequenne

eres una persona sensible?

Tienes que disfrutar esta escena de principio a fin, sin apartar la mirada. Si consigues hacer eso y de repente se te erizan los pelos de los antebrazos, es porque formas parte de una comunidad muy cerrada de personas hipersensibles, sacudidas aquí por las lágrimas de una Émilie Dequenne lunar e impresionante.

Resignado y admirado, sentirás, como yo, que se te cierra la garganta ante esta audaz reinterpretación de Sobreviviré, donde el amor frente al determinismo de clase, el precio a pagar por la teoría de la escalera (que algunos hoy llaman hipergamia), la inteligencia intuitiva frente al espíritu académico, el encanto de la grosería frente a la frialdad de la elegancia y el consuelo de las amistades despreocupadas en tiempos tristes se entrelazan en un vertiginoso despliegue de emociones.

Te sentirás frustrado por tu deseo de abrazar a esta admirable madre soltera, a quien quizás juzgues responsable de su colapso emocional. ¿Pero quiénes somos nosotros para criticar este amor por el artefacto? Y te encontrarás perdonando a ese detestable apuesto hombre condenado a una búsqueda interminable.

Recuerda que al dejar de dar golpecitos inoportunos y las series de anticipación bulímica que están de moda, y al valorar lo que incluso alguna basura te puede enseñar –y esta no es una de ellas–, te convertirás en un “racional hipersensible”.

Racional porque habrás vertido en la canaleta el poco agua de rosas que te quedaba. Hipersensible porque habrás conservado la botella y su aroma de benevolencia.

La vida es impredecible, muchas veces cruel y la amargura siempre acaba por afectarnos. Consumámoslo con el puchero de estos días lluviosos, que saben al regaliz que odiábamos cuando éramos pequeños. Un poco como Jennifer, que llora mientras ofrece esa sonrisa indestructible a sus amigos, en una de las escenas más bellas del cine francés.

“No te burles, no te lamentes, no maldigas, sino comprende. » dijo Spinoza. O más recientemente, “No odies a los jugadores, odia el juego”.

Para aquellos que quieran profundizar más, les sugiero – mejor dicho, les digo – que vean la película “Not His Kind”, o lean el libro del mismo nombre…

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